1: Simboliza la unidad, e indica creación, impulso y actividad. Concede autoridad, estabilidad, energía, individualismo e independencia Cuando es negativo, incurre en el egocentrismo y el autoritarismo.
2: Es la dualidad, la pasividad; es todo aquello que posee un aspecto doble, receptivo y sentimental, de unión, de espíritu de equigeí^ de asociación. Cuando es negativo se convierte en oposición destructora
3: Es el ternario, la generación, la espiritualidad, la creación, el entusiasmo, la sociabilidad, el optimismo, la comunicación, la inteligencia, el sentido teórico y la habilidad manual. Cuando es negativo se convierte en cólera, intolerancia y dispersión.
4: Es el cuaternario, la estabilidad, la paciencia, la organización, lo sólido, el realismo, el sentido del deber, del orden, de la fidelidad. Cuando es negativo se convierte en rutina y avaricia.
5: Es la unión de lo par y lo impar, es la capacidad de adaptación, de progreso, de movilidad, de curiosidad, de viajes, comunicación, innovación y audacia Cuando es negativo comporta el peligro de accidentes, de inestabilidad y superficialidad.
6: Es el equilibrio, fuente de todas las ambivalencias, concede encanto, diplomacia, sentido estético, amor, belleza, armonía y sensualidad, capacidad de servicio y de sacrificio. Cuando es negativo conduce a la indecisión, al fatalismo y al exceso de perfeccionismo.
7: Es la unión del ternario y el cuaternario, y tanto implica dominio del espíritu sobre la materia, como lo contrario. Otorga paciencia, capacidad de estudio e investigación, sabiduría, lógica, y análisis, exigencia, tanto con uno mismo como con los demás, tendencia a la soledad y la introspección; pero también la necesidad de creer en algo. Cuando es negativo conduce al pesimismo.
8: Es la equidad, la justicia y el equilibrio; pero también es la violencia, el deseo de poder, de triunfo, de valor y lucha por los principios, la impetuosidad y la impaciencia Cuando es negativo conduce a los celos y al exceso de violencia
9: Es el número de lo absoluto, y por ello concede altruismo, emotividad, idealismo, devoción, compasión, espiritualidad, necesidad de ayudar y compartir, y el poder, tanto material como espiritual. Cuando es negativo conduce a la irrealidad, la influenciabilidad y el desorden, a los desórdenes ciclotímicos.
A estos números clásicos, actualmente se añaden otros dos: el 11 y el 22, a los que se denomina números maestros. Sin embargo, son números a los que pocas personas pueden responder a su influencia, pues son los que definen a las personalidades fuera de lo común. Cuando no se es capaz de responder a su influencia se convierten en el 2 y el 4.
11: Es el número de las elevadas ambiciones, de la fuerza, del dominio, de la perfección, inspiración e idealismo. Confiere una personalidad carismática, seductora y dominadora Cuando es negativo conduce al nerviosismo, el autoritarismo y el surmenage.
22: Es el número de la inspiración y la revelación, de crear y construir. Existe la necesidad de lo inesperado y excepcional, de la utopía Cuando es negativo comporta la tendencia a la extravagancia, la inestabilidad y los trastornos nerviosos.
